Jubileo 2025: Calama recibe con fervor a la Virgen de Ayquina

Con emoción, cantos y oraciones, cientos de fieles se congregaron en la Plaza 23 de Marzo de Calama para participar en la Eucaristía celebrada con motivo de la llegada de la imagen de la Virgen Guadalupe de Ayquina, en el marco del Año Jubilar que vive la Diócesis San Juan Bautista. La Misa fue presidida por el obispo de Calama, Mons. Tomás Carrasco, marcando el inicio de una serie de actividades pastorales pensadas para fortalecer la fe del pueblo de Dios a través del encuentro con la madre.

La presencia de la imagen fue posible gracias a la comunidad Ayquina Turi Panire, que junto a la rectoría del santuario propusieron que la Virgen visite los templos jubilares de la diócesis, llevando su consuelo y esperanza a cada rincón de esta Iglesia del desierto.

Dos signos de gracia para la Iglesia

Durante su homilía, el obispo Tomás Carrasco destacó la doble gracia que vive la Iglesia en estos días: por un lado, la visita de la Virgen, “que viene a visitarnos como madre peregrina a nuestra ciudad, trayendo consigo el amor tierno de Dios, que nos impulsa a ser peregrinos de la esperanza”; y por otro, la reciente elección del Papa León XIV, “un signo del gran amor de Dios, de la continuidad de la misión confiada por Cristo a Pedro”.

“El cielo parece tocar la tierra en medio de nuestra ciudad de Calama”, afirmó el obispo conmovido. “¿Quiénes somos nosotros para que el Señor en su fidelidad nos regale un nuevo pastor universal y la visita de su Madre en la figura de Nuestra Señora de Guadalupe de Ayquina? No tenemos méritos, pero se hace presente la misericordia que Dios tiene con sus hijos”.

En su mensaje, el pastor diocesano invitó a la comunidad a acoger esta visita mariana como un gesto de sinodalidad, destacando el compromiso de las comunidades que han hecho posible este acontecimiento: “Esto es hacer Iglesia, esto es hacer sinodalidad. La Virgen está haciendo un gesto sinodal, saliendo de su lugar para visitar a sus hijos”.

También valoró el rol de María como modelo de comunión y fe: “Ella viene con el Espíritu Santo para que se derrame en nuestras vidas. Viene para recordarnos con sus palabras el abandono en las manos de Dios, ese abandono que provocó la gestación de Jesucristo en su seno”.

El obispo enfatizó el llamado a la unidad como comunidad creyente: “Hoy nos vemos como una gran familia diocesana. Esto es lo que la Virgen María siempre ha querido desde el día de Pentecostés, cuando estaba reunida con los apóstoles en la espera del Espíritu Santo. Ella estaba en medio para animarlos, para fortalecerlos, para hacer comunidad”.

Un nuevo pastor para tiempos de esperanza

La Misa también fue una oportunidad para dar gracias por el nuevo pontífice. “El nombre de León evoca fuerza, claridad y fidelidad a la fe”, expresó el obispo, motivando a los presentes a orar por el nuevo Papa y a vivir este tiempo con esperanza activa y alegre.

“Recibamos al Papa León XIV con obediencia y cariño, y sobre todo recibamos a Cristo, que viene a nosotros a través de su Iglesia y a través de su Madre”, dijo, señalando la importancia de este nuevo liderazgo en tiempos complejos para el mundo y la fe.

Llamado a vivir el Jubileo con intensidad

La celebración culminó con una invitación a vivir intensamente las jornadas jubilares mediante la participación en sacramentos, rosarios, procesiones y actos comunitarios, recordando que cada uno puede obtener la indulgencia plenaria dispuesta por la Santa Sede.

“Aprovechemos al máximo estos días, ganando indulgencia con las confesiones, participando en los santos rosarios, las misas y todas las actividades que están preparadas”, animó Mons. Carrasco.